miércoles, 8 de septiembre de 2010

Y un dia llovieron fideos........


Antes que nada amigos, les comento que no se trata de ninguna metáfora, es un hecho absolutamente real. Hay testigos y pido que si miento me juzguen públicamente en este medio.
El hecho mencionado ocurrió en Enero de 1986, en Lugano.
Era un domingo como tantos otros domingos de verano. Nada hacia presagiar una lluvia, cielo despejado, 35· sin viento, presión 1011 hp, humedad 75%.
Como en otras oportunidades junto con un grupo de amichis decidimos ir a INTERAMA.
No recuerdo bien si almorzamos juntos como otras veces o no pero con semejante calor nos subimos al 150 y fuimos a conquistar el Disney de Villa Lugano.
Después de entrar e ir decenas de veces sin ningún descanso, para aprovechar el passport, decidimos tener otra visión del parque y que mejor que en el telesferico?
Subimos todos, 5 o 6 y comenzo el paseo.
De pronto pareció tronar pero el cielo era diafano. Otro ruido gutural...Y si, eran asquerosas arcadas del Tatu que después de 5 vueltas en la centrifuga dos platos de fideos y algún litro de jugo swing no tolero la fermentación.
-Aguanta , aguanta que falta poco......lo animaban sus compañeros de viaje.
Pero el torrente de hidratos de carbono pudo mas. Yo no se si eran fucciles o tallarines que por la putrefaccion se enrularon y junto con el tuco empezaron a volar desde la cabina verde del teletransporte hacia el parque mientras sus compañeros asqueados avisaban al grito de " GUARDA GUARDA" a las victimas indefensas que iban caminando por el parque.
la lluvia de fideos se detuvo antes de llegar a destino. Para cerrar la historia les cuento que jamas voy a olvidar la expresion de asco del joven empleado que tuvo que abrir la puertita vomitada del fatídico carrito verde N· 85.
No miento juro que llovieron fideos.

1 comentario:

  1. Decí que a esta hora ya desayuné...por eso me morí de la risa.
    Los parques de diversiones son peligrosísimos. Yo recuerdo una escena similar, solo que la atracción mecánica era la llamada "bailarina" en Mardel. Y lo que llovió en esa ocasión fueron cornalitos. En realidad no fue lluvia: fué un tsunami de cornalitos.

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