miércoles, 16 de junio de 2010

ASADO VI

Aunque falte una cronología completa desde el principio de los tiempos, voy a dar pie para que cada uno se mande con lo suyo (recetas, anécdotas, relatos mitológicos).
La última sede fue el Quincho Caballito (no daremos ubicaciones exactas por razones más que obvias, habiendo tanto asesino serial suelto...) y si bien el menú es siempre el mismo, esta vez hubo espacio para la innovación. Y la misma vino de la mano de Chita, que se atrevió con unas papas de su especialidad.

Aunque al principio se mofaban de los tubérculos rodajeados entre tanto chorizo macho y el asador se las boicoteaba al grito de : "Yo soy asador de nerca, no de papas. ¡Qué las dé vuelta el dueño!", más de uno circulando delante de la parrilla con vaso en mano y haciéndose el Dob-o- Lu, manoteó una que otra rodajita al tiempo que asentía con la cabeza: ¡Están buenas, eh!.

Creo que a partir de ahora serán un clásico, como las cebollas olvidadas entre las brasas, con las que al otro día juega el macho cuadrúpedo. Pero eso es otra historia y hasta el día de hoy no pude fotografiarlo in fraganti.

Eso que parece queso derretido son las "papas chitas"

2 comentarios:

  1. A pesar de que zorro me decomiso la papa que sustraje de la parrilla reconozco que despues las devore a pesar de mi patologia que no viene al caso mencionar. Estaban estupendas y si bien no estoy seguro de que sean para todos los eventos, son una alternativa mas que interesante para ir mechando no por su calidad gastronomico simo por el metraje cuadrado que ocupan en el santuario que es la parrilla

    ResponderEliminar
  2. Yo me tomé la atribución de bautizarlas así: Papas chitas. Ya llegará la receta.

    ResponderEliminar