lunes, 30 de agosto de 2010

El día que llevamos a nuestro doble...

En una época (no me pregunten por qué) siempre que íbamos a bailar, generalmente pasaba cuando íbamos a Engelberg, todos nos cambiábanos los nombres. Sebas era Agustín, Piro era Nacho (con este caso hubo la mentira fue tan larga que hubo que explicarle a los padres de una amiga que el no se llamaba Ignacio, que era el sobrenombre de un nombre que ni siquiera tenía), Claudio se hacia llamar Eddie, José Luis era Isidoro, tomó el personaje de un cuadro que le había regalado Dobal, Sí! el dibujante de Clarín! era cliente de la librería del padre, y yo, Diego era Nicolás.
Ok, descripto el cuadro de situación paso a explicar los hechos.
Un sábado como tantos, nos encontramos en el reservado cada cual con la minita que había pegado esa noche o arrastraba de noches anteriores, hasta que faltando poco tiempo para irnos cada uno se fue levantando del sillón, piso, mesita ratona que la diosa fortuna le dio en suerte, pero hasta ese momento sólo nos encontramos Sebas (que en ese momento era Agustín) y yo Diego (que en ese momento era Nicolás) las chicas que estaban con nosotros nos conocían por nuestros nombres de batalla, así que no tenían ni puta idea.
Resulta que le pregunto a Sebastián y lo llamo así, la chica que estaba con él no entendía, porque (para ella Agustín) me responde al Sebas, le pregunto por Piro y el me contestaba que no sabía, le preguntamos a ella, y ella me dijo que sólo había visto a Nacho hacía un ratito, que en realidad era Piro. No recuerdo bien pero al rato cae Claudio (que para estas chicas era Eddie), diciendome Diego y yo le contestaba que no sabía donde estaba (yo en ese momento la jugaba de Nicolás...).
Creo que nunca, esas chicas entendieron cuantos eramos en realidad pienso que pensarían que eramos 10 (Piro, Nacho, Sebastián, Agustín, Claudio, Eddie, Diego, Nicolás (tampoco creo que alguno que lea esta historia sin haber estado esa noche entienda mucho de lo que estoy hablando).
Ahora, después de tantos años, no le encontraría sentido a hacer algo así, pero siempre que me acuerdo de esa noche no puedo evitar que se me siga dibujando una mueca de sonrisa por aquel momento vivido.

6 comentarios:

  1. Recuerdo una noche en que fui con estos púberes a ese antro, y a la salida haciendo el recuento del pelotón, faltaba uno. Creo que era Agustín, quien estaba desmayado en un sillón, víctima de los efluvios de un Gancia batido.

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  2. Corrección: más de un Gancia batido!!!

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  3. yo conosi en persona al mismisimo NACHO TRANZATTI

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  4. A pesar de la pesima eleccion de mi nombre de batalla di pelea en todos los frentes....
    Por favor Edie.... se me cagaban de risa y mayormente se retiraban...E n la otra vuelta me volvia a llamar por mi verdadero nombre y listo...

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  5. Nacho version 1989: grandote, de remera blanca manga corta (si fuera manga larga seria el negro omar), un jean, track, sweter al cuello, jopo, algunas chirolas en el bolsillo y toda la gloria por delante.
    y entreba sin pagar...

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  6. Pero un día, al Gran Nacho Tranzatti, lo volteó una piña colada. Imagen paupérrima, en el piso de alfombra de una vieja sede de asados. Entre 3 hubo que levantarlo y ducharlo. Risotadas generales, y Nacho trataba de explicar que el agua fría...Dijo R. Fort: Gra, no trates de defender lo indefendible!

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